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Reflejos de una familia unida enfrentando el duelo por suicidio.

El Suicidio y la Familia

El suicidio no solo impacta a la persona que lo comete, sino que también deja profundas huellas en su familia, creando un proceso de duelo único y complicado que necesita atención y apoyo.

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Publicación: 26 de Enero de 2021

El suicidio

Autores como Quagliatta (2015) sostienen que el término suicidio engloba como concepto el hecho de que existe un proyecto de muerte voluntaria, por lo que se produce un acto en el que el individuo se extingue a sí mismo.

La eliminación de sí mismos es un suicidio

La eliminación de sí mismos es un suicidio

Se considera que el suicida, al cometer ese acto, manifiesta: fidelidad a los pactos y el triunfo de un yo, que se pertenece a sí mismo.

Los factores que pueden propiciar que un sujeto atente contra sí misma son diversos, pero pueden responder a factores: políticos, ambientales, económicos, biológicos, psicológicos o socioculturales.

Por otro lado, cuando una persona acaba con su vida, el entorno familiar suele verse muy afectado. El cónyuge o pareja de la víctima, hijos, padres, hermanos y en el entorno más cercano se producen multitud de sentimientos: negación, tristeza, rabia, incomprensión, desesperanza, confusión, entre otros.

El suicidio afecta a todos los miembros de la familia

El suicidio afecta a todos los miembros de la familia

Suicidio, dinámica familiar y duelo

El duelo es un proceso doloroso e inesperado que surge tras la muerte de un ser querido o debido a una pérdida significativa (pérdida de empleo, ruptura amorosa, muerte de una mascota, etc.). Al respecto, constituye un estado de aflicción en el que suelen presentarse síntomas como:

  • Tristeza
  • Llanto
  • Desesperanza
  • Impotencia
  • Rabia
  • Culpa
  • Insomnio
  • Irritabilidad
  • Recuerdos reiterativos del fallecido
  • Dificultad para concentrarse
  • Falta de interés en las actividades sociales o laborales

Es decir, el proceso de duelo constituye un conjunto de representaciones mentales o conductas asociadas a una pérdida afectiva. La duración de ese proceso es variable y depende de cada persona, sin embargo, los duelos normales pueden conllevar a sufrir de una depresión.

La depresión puede desencadenar más problemas

Los efectos emocionales pueden causar depresión futura

Las fases que comprenden un proceso de duelo normal son:

  • Fase de shock: constituye una fase en la que el individuo se siente aturdido, perplejo, sentido de irrealidad o desconfianza sobre el hecho acontecido.
  • Fase de anhelo y búsqueda: es un período caracterizado por la añoranza del ser amado que falleció, así como por recuerdos de las vivencias compartidas.
  • Fase de desorganización y desesperanza: en esta etapa la persona se siente arrastrada por los hechos, por ello se muestra apática e indiferente. Se continúan reviviendo los recuerdos con el fallecido.
  • Fase de organización: constituye una etapa de reorganización y de ajuste. La persona trata de adaptarse a su nueva realidad y de salir adelante, a pesar de sentir tristeza por la pérdida. Remiten los aspectos más dolorosos del duelo.

Al respecto, Flórez (2002) sostiene que el proceso de duelo en los niños es similar al de los adultos, pero es importante que los psicólogos traten de indagar acerca de la necesidad del menor de reemplazar al padre fallecido, dado que “los niños suelen transferir esa necesidad a varios adultos, en lugar de a uno solo. Si no encuentra a nadie que pueda satisfacer sus necesidades, puede sufrir un daño psicológico grave que le impida seguir buscando o esperar encontrar intimidad en ninguna relación futura”.

Aferrarse a recuerdos es parte del duelo

Aferrarse a recuerdos es parte del duelo

No obstante, García-Viniegras y Pérez Cernuda (2013) manifiestan que los procesos de duelo por suicidio tienden a ser más complejos para los dolientes. Incluso, desde el punto de vista social, este tipo de muerte es estigmatizado y juzgado.

El estigma social afecta el duelo

El estigma social puede influir en el proceso de duelo

Ante ello, la familia suele recibir menos apoyo de sus allegados, frente a otros tipos de muertes.

Incluso:

“El suicidio de un ser querido es una tragedia devastadora que deja despedazada la vida de los sobrevivientes y produce un duelo muy traumatizante. La persona en duelo se va a ver inmersa en una situación especialmente agotadora. Agotadora porque no comprende, porque duda incluso que haya podido ser así, porque se rebela contra Dios o contra el destino, contra el hecho mismo del suicidio. Agotadora porque se siente culpable «si lo hubiera sabido, si me hubiera dando cuenta, si…si…si…»”, afirman García-Viniegras y Pérez Cernuda (2013).

El suicidio es una experiencia devastadora

El suicidio es una experiencia devastadora que desorienta

Asimismo, no existe un cierre de la relación con el difunto, ni es posible despedirse.

Sin embargo, cada familia posee características únicas y formas de afrontamientos distintas ante el proceso de duelo. Incluso, no todas las personas de un grupo familiar son iguales. De lo anterior se desprende que cada núcleo familiar vivirá el duelo de acuerdo a su propio sistema de creencias, cultura, religión y de su estilo de afrontamiento y de su resiliencia

Diálogo familiar y unidad

Después del suicidio, es fundamental que las familias traten de conversar, desarrollar la resiliencia y tener un funcionamiento familiar óptimo.

La comunicación familiar es esencial en el duelo

La comunicación familiar es esencial en el duelo

Se sugiere que todos los miembros de la familia conversen acerca de lo sucedido, sobre sus pensamientos o emociones, además de construir unidad en el núcleo familiar.

Existen algunas recomendaciones al respecto:

  • Compartir el conocimiento de la muerte: esto permitirá tener una comunicación abierta y clarificar los hechos acontecidos, evitando la ambigüedad. Esa comunicación debe abarcar a los niños.
  • Experiencia compartida de la pérdida y de la sobrevivencia: contempla expresar las emociones, hablar de la persona fallecida e incluso el deseo de no hablar sobre el tema. La empatía, solidaridad y amabilidad es muy importante.
  • Reorganización del sistema familiar: se debe hacer una reorganización del núcleo familiar, asumir otros roles y adaptarse a nuevas situaciones. La estabilidad es fundamental en este proceso, por lo que establecer pautas al respecto es muy importante.
  • Establecer nuevas relaciones o metas de vida: constituye un paso esencial para superar la pérdida del ser querido. Otorga sentido y esperanza a los sujetos.

Prevenciones del suicidio

Quagliatta (2015) plantea que:

“Desde la clínica psicoanalítica las identificaciones tienen un lugar importante en la teoría relacionado a la línea de las descendencias. (…). Käes (1996) considera que las identificaciones se erigen sobre los objetos y los procesos de la transmisión psíquica, las cuales estructuran los vínculos inter-subjetivos. En la línea identificatoria, hay autores que conciben una identidad intrincada entre madres e hijos, a los cuales aquellas trasmiten una vivencia de desamparo e impotencia demasiado dolorosas para seguir viviendo”.

Hablar sobre emociones ayuda a sanar el duelo

Hablar sobre emociones ayuda a sanar el duelo

Lo anterior, resulta alarmante, pues, especialmente, los hijos de las víctimas de suicidios pueden tender a cometer actos de ese tipo, tras sentir que su mundo se derrumba, ante el dolor y ante la desesperanza.

Los hijos sufren los efectos del suicidio

Los hijos sufren los efectos del suicidio

La Organización Mundial de la Salud, citada por Quagliatta (2015), propone tres estrategias generales para prevenir el suicidio, a través de políticas públicas:

  • Universales: constituyen políticas públicas dirigidas a la población a fin de facilitar el acceso a la atención médica, promover la salud mental, reducir el consumo de alcohol o drogas, así como limitar el acceso a métodos para cometer el suicidio.
  • Selectivas: se relacionan con las políticas públicas o acciones enfocadas en aquellos individuos más vulnerables para cometer el suicidio: víctimas de abusos, personas con traumas, familiares sobrevivientes de suicidas, participantes en conflictos bélicos o en desastres naturales, refugiados, migrantes, refugiados o enfermos mentales.
  • Indicadas: comprenden el apoyo a brindar a la comunidad, además de un seguimiento de la población, especialmente de la más vulnerable, a través de los centros de salud. Asimismo, se propone indagar y profundizar en los casos detectados de trastornos mentales, uso de alcohol o drogas existentes en esa comunidad.
Los trastornos de salud mental aumentan vulnerabilidad

Los trastornos mentales aumentan vulnerabilidad

Fuentes consultadas

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