El origen de las conductas agresivas en la historia de la humanidad
Descubre cómo las conductas agresivas han sido parte integral de la evolución humana, desde los primeros registros hasta su impacto en la sociedad actual.
¿Desde cuándo existe la violencia?
¿Cuál fue el primer acto de violencia en la historia? ¿De dónde surgen las conductas violencias? Probablemente, son preguntas que nunca tendrán una respuesta inequívoca.
La violencia en el tiempo
Montoya (2006) sostiene que siempre ha existido la violencia, sin embargo, ésta suele manifestarse de diferentes formas: “violencia para sobrevivir, violencia para controlar el poder, violencia para sublevarse contra la dominación, violencia física y psíquica”.
Las primeras formas de violencia en la historia de la humanidad
Los comportamientos agresivos no solo se presentan entre seres humanos, sino entre animales. Los etólogos, incluso, creen que se trata de un instinto natural de supervivencia.
El comportamiento agresivo en animales y su relación con los humanos
Teoría de Darwin y la supervivencia
Montoya (2006) describe que Charles Darwin en El origen de las especies por medio de la selección natural plantea que el mono se consideraba el padre del hombre, por lo que los instintos de lucha son necesarios para alcanzar una supervivencia y sobreponerse a la naturaleza salvaje y al entorno en el que se vive.
En todo caso:
El mayor aporte de Darwin a la teoría evolucionista fue descubrir que la naturaleza, en su constante lucha por la vida, no sólo refrenaba la expansión genética de las especies, sino que, a través de esa lucha, sobrevivían los mejores y sucumbían los menos aptos. Solamente así puede explicarse el enfrentamiento habido entre especies y grupos sociales, apenas el hombre entra en la historia, salvaje, impotente ante la naturaleza y en medio de una cierta desigualdad social que, con el transcurso del tiempo, deriva en la lucha de clases” (Montoya, 2006).
Por su parte, Sigmund Freud, citado por Montoya (2006), sostiene que en la historia de la humanidad pueden observarse multitud de conflictos entre seres humanos, comunidades, Estados o naciones, los cuales se han resuelto a partir del uso de la fuerza.
Cuando no existían las armas, la fuerza física era la que decidía los grandes conflictos, pero, posteriormente, esa fuerza muscular fue reforzada por herramientas, las cuales le dieron la victoria a quienes la poseían o las empleaban de mejor forma. En todo caso, la finalidad de la fuerza era obligar al contrario a abandonar la lucha y ceder ante el oponente.
La violencia primitiva antes de la invención de las armas
Agresión y psicología
Desde la perspectiva de los psicoanalistas, la violencia se instaura como un producto de la necesidad de sobrevivir a los demás, a partir de los instintos y los deseos primitivos.
La relación entre violencia y la necesidad de sobrevivir
Incluso, los niños demuestran rasgos de violencia, de agresión o destrucción. Esas manifestaciones agresivas tienden a relacionarse con las manifestaciones sexuales.
Anna Freud, citada por Montoya (2006), agrega que el instinto de agresión infantil puede aparecer de la siguiente forma:
- En la primera fase: se utilizan los dientes como instrumento para la agresión, bajo la forma de sadismo oral.
- En la fase anal: los niños se muestran muy destructivos, tercos, dominantes o posesivos.
- En la fase fálica: la agresión se manifiesta en actitudes de virilidad y en conexión con las manifestaciones del “complejo de Edipo”
Esos impulsos agresivos pueden drenarse de diferentes formas: practicando deportes, rompiendo objetos, a través del arte, la música, la religión, etc.
Canalizar los impulsos agresivos a través del ejercicio físico
Agresión y catarsis
Sigmund Freud sostiene que desde niño el ser humano posee impulsos de agresión, los cuales son guiados por la pulsión de muerte. Esos impulsos pueden ser:
- Hacia adentro: pueden conllevar al suicidio.
- Hacia afuera: puede ocasionar un crimen.
Esos instintos de agresión son estimulados por el rechazo social o por una falta de efectividad. Más aún, al considerar que en la sociedad actual se enseña desde niño que las cosas se consiguen a través de una competencia inhumana y egoísta.
En todo caso:
La competencia y su relación con las conductas agresivas en los niños
“Según el psicólogo Robert R. Sears, los niños que sufren castigos físicos y psíquicos son los que demuestran mayor agresividad en la escuela y en las actividades lúdicas, que los niños que se desarrollan en hogares donde la convivencia es armónica. Para Sears, como para los psicólogos que se prestaron algunos conceptos del psicoanálisis, la agresión es una consecuencia de las frustraciones y prohibiciones con las cuales tropiezan los niños en su entorno. Cuando el niño reacciona con agresividad es porque quiere manifestar su decepción frente a la madre o frente al contexto social que lo rodea” (Montoya, 2006).
En ese sentido, se esboza el concepto de catarsis. Esta implica despojarse de todo sentimiento de culpa o conflicto emocional, al sustituir el comportamiento no aceptado socialmente (agresión) por un comportamiento aceptado por la sociedad.
Los comportamientos socialmente aceptados frente a la agresividad
Violencia y psicobiología
Gil Verona et. al. (2002) sostienen que desde el punto de vista psicobiológico es muy difícil establecer una distinción entre violencia, agresión y agresividad, por lo que la violencia y la agresión se conciben como términos muy similares. Esa definición aborda tres grandes ámbitos:
- En la forma más abstracta “violencia” significa potencia o ímpetu al momento de realizar las acciones físicas o espirituales, lo que se traduce en intensidad de las acciones.
- En un sentido concreto, la violencia alude a la fuerza que se emite a una cosa, persona o situación a fin de sacarla de un estado natural.
- En un nivel semántico preciso y restringido, la violencia se considera un acto manifiesto para aniquilar a una persona a través de la fuerza, lo que pone en peligro su existencia.
Gil Verona et. al. (2002) enfatizan que existen diversos tipos de agresión, por lo que dependiendo del mecanismo desencadenante puede hablarse de una violencia normal o de una “violencia patológica”. Esta última puede ser provocada por alteraciones psíquicas primarias o por modificaciones anormales del funcionamiento del cerebro.
Cómo el cerebro humano procesa y regula la agresividad
Al respecto, “se han descrito diversas zonas cerebrales relacionadas con las conductas violentas, como el hipotálamo, el núcleo caudado, la amígdala o la corteza prefrontal, ninguna parte del cerebro actúa aisladamente para producir un tipo de conducta, en este caso violenta, así las conductas agresivas reflejan el resultado del equilibrio entre estimulación e inhibición de diferentes zonas cerebrales en un momento especifico” (Gil Verona et. al., 2002)
Fuentes consultadas
- Montoya, V. (2006). “Teorías de la Violencia Humana”. Razón y Palabra, (53). Disponible en: https://www.redalyc.org/pdf/19...
- Chagas Dorrey, R. C. (2012). “La teoría de la agresividad en Donald W. Winnicott”. Perfiles educativos, vol.34, n.138, pp. 29-37. Disponible en: http://www.scielo.org.mx/sciel...
- Mori, J. L. C. (2012). “Una revisión psicológica a las teorías de la agresividad”. Revista electrónica de psicología Iztacala, 15(1), 80.
- Gil Verona, J. A., Pastor, J. F., De Paz, F., Barbosa, M., Macías, J. Ángel, Maniega, M. A., Rami-González, L., Boget, T., & Picornell, I. (2002). “The psychobiology of agressive behaviours”. Anales de Psicología, 18(2), 293-303. Disponible en: https://revistas.um.es/analesp...
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