Logo de Centro Salud Alianza

Centro Salud Alianza

Envíanos tu mensaje
Imagen que ilustra el proceso de superar la envidia y encontrar paz interior

Superar la envidia

La envidia puede consumirnos y llevarnos a compararnos constantemente con los demás. Este artículo explora cómo superar este sentimiento y vivir una vida más saludable y feliz.

Inicio BlogSuperar la envidia
Publicación: 25 de Abril de 2022

La envidia: claves para superarla y ser más feliz

En la sociedad actual, el consumismo, muchas veces, toma el control de los individuos. Las personas anhelan tener lo que otros poseen o disfrutan: viajes, dinero, vehículos, viviendas, placeres, objetos lujosos, bienes materiales o rasgos psicológicos de otro sujeto. No obstante, la envidia es un sentimiento que genera disconformidad con lo que uno tiene.

¿Qué es la envidia?

El diccionario de la Real Academia Española define la envida como la “tristeza o pesar del bien ajeno” o como “la emulación, deseo de algo que no se posee”.

En ese sentido, la envidia es un sentimiento, caracterizado por el anhelo de tener aquello que poseen quienes nos rodean o como el sentimiento de tristeza frente a la imposibilidad de tenerlo.

No deberíamos sentirnos tristes si no somos capaces de adquirir lo que tanto anhelamos

Reflexionamos sobre la tristeza de no obtener lo que deseamos

Chóliz Montañés y Gómez Iñiguez (2002) plantean que la envidia se caracteriza, particularmente, por dos elementos:

  • a
    La aspiración de poseer algo de lo que uno carece, pero que tienen otros individuos que nos rodean
  • b
    El deseo de que el otro sujeto pierda aquello de lo que dispone, especialmente el objeto anhelado.
Ciertas personas buscan que el otro pierda todo lo que ha conseguido

El deseo de ver a los demás perder lo que han logrado por envidia

La envidia es catalogada como una emoción social, dado que se producen comparaciones con el entorno que nos rodea, además tanto las cogniciones como las conductas están centradas en el otro (Chóliz Montañés & Gómez Iñiguez, 2002). Incluso, se cree que:

Es una de las emociones cuya valoración moral suele ser más peyorativa, hasta el punto de que es difícil que alguien admita padecerla, especialmente porque con ella se asume no sólo que se codicia lo que tienen los demás y se desea su mala suerte, sino que, de alguna manera se reconoce, siquiera implícitamente, una inferioridad respecto a la persona que posee lo que se anhela (Chóliz Montañés & Gómez Iñiguez, 2002).

Comparación, autoestima y autoconcepto

La comparación social constituye el principal proceso que conlleva a envidiar al otro. La autoestima y el autoconcepto juegan un rol sumamente importante en ese proceso de comparación, puesto que una persona que tenga un adecuado concepto de sí misma probablemente estará conforme con lo que posee.

No debemos compararnos con otros, sí con nosotros mismos

Reflexión sobre la importancia de no compararse con los demás

La envidia surge cuando se estima que los otros individuos superan las habilidades propias, los logros o algunas características relevantes. Aunado a ello, en la construcción de la envidia, según Chóliz Montañés y Gómez Iñiguez (2002), resulta importante la consideración de factores como:

  • a
    Frecuencia e intensidad del sentimiento de envidia en el sujeto.
  • b
    Presencia de sentimientos de inferioridad.
  • c
    Pensamientos relacionados con una sensación de injusticia.
Algunos piensan que la vida es injusta porque otros tengan cosas que uno no

Sentimiento de injusticia al ver a otros disfrutar de lo que no tenemos

Es importante resaltar que, la envidia no se presenta de forma indiscriminada, sino que, generalmente, aparece en sujetos equiparables, bien sea en lo psicológico, laboral, académico o social.

Tipos de envidia

“A diario se presentan múltiples ocasiones para comparar las propias pertenencias, experiencias y cualidades con las de otros semejantes. Y esta comparación resulta dolorosa si se sale perdiendo” (Crusius y Mussweiler, 2014). No obstante, la envidia contribuye a que demos lo mejor de nosotros y nos ayuda a percibir nuestras debilidades para contrarrestarlas.

La envidia nos hace darnos cuenta de nuestras debilidades

Reconocer que la envidia nace de nuestras propias debilidades

Se puede hablar de dos tipos de envidia:

  • a
    Sana: resulta positiva para estimularnos a alcanzar los objetivos que anhelamos y a los cuales quienes nos rodean han podido llegar (Crusius y Mussweiler, 2014). Esta envidia conlleva querer algo que posee el otro, pero sin el deseo de despojarlo de ello, ni que le sobrevenga alguna desgracia a ese sujeto; se acompaña de desasosiego, impaciencia, ansias de superación o admiración al otro, aunque existe envidia. Además, se experimentan “seis tipos de episodios emocionales que suelen formar parte de la envidia: deseo de lo que tiene la otra persona, hostilidad y admiración hacia ella, resentimiento global, sentimientos de inferioridad y de culpa” (Chóliz Montañés & Gómez Iñiguez, 2002).
  • b
    Maliciosa o insana: los impulsos envidiosos provocan que se hostigue a los demás, que se tenga una conducta asocial y que se experimenten ira, infelicidad, reacciones hostiles, ideas irracionales o sesgos cognitivos, tristeza, sensación de justicia, sentimientos de inferioridad o disminución del autoestima y del autoconcepto.
Admiramos a otros que tienen más y nos hace esforzarnos para conseguirlo nosotros

El deseo de superarse al admirar a quienes tienen más

Cómo sanar la envidia

Según la terapeuta Dolores Velásquez existen algunas recomendaciones que contribuyen a recuperar el control de nuestras emociones y a superar la envidia. Entre esas recomendaciones se encuentran:

  • Reconocer que tenemos envidia: si bien la envidia es un sentimiento natural, que nace de forma espontánea y cuya represión o negación agrava el problema, se sugiere asumir que se tiene envidia del otro. Siempre se criticará a quien posee algo que se ambiciona.
  • Analizar el origen del sentimiento: la envidia suele tener sus raíces en la competitividad, en la búsqueda del alto rendimiento, en baja autoestima o en un autoconcepto inapropiado de uno mismo. De esa forma, “piensa que el origen de la envidia está dentro de ti mismo, no culpes a los demás de los sentimientos que tú tienes. Ten presente que eres tú quien creas tus propias emociones”, agrega Velásquez.
  • Debes madurar tu personalidad: cuando una persona está segura de sí misma, tiene una buena autoestima y ha madurado su personalidad, es menos probable sufrir de envidia, dado que el individuo no se compara constantemente con nadie. Las personas narcisistas, egocéntricas o perfeccionistas son muy proclive a desarrollar sentimientos de envidia, dados los rasgos característicos de esos tipos de personalidad
  • Evitar compararse con los demás: es necesario entender que siempre habrá personas en mejor o peor situación que uno. Sin embargo, cada quien posee virtudes y defectos, lo cual hace a esa persona única. “La otra persona no es forzosamente más lista o mejor profesional, sino que simplemente ha aprovechado mejor sus oportunidades”, plantea Velásquez.
  • Valorar lo que se tiene: aún cuando existan dificultades o carencias, se recomienda valorar lo que se tiene y lo que sí se posee, pues el agradecimiento facilita vivir con mayor tranquilidad.
  • Ponerse en el lugar del otro: aunque el sujeto al que se envidia parezca feliz y “pleno” en un área, no se sabe cuántos problemas o dificultades afronte en los otros ámbitos de su vida.
  • Confiar en sí mismo desde una perspectiva realista: se sugiere concentrarse en las metas propias. Uno no debe competir con los demás, demostrarle nada al entorno ni a nadie; solo es necesario convertirse en una mejor versión de uno mismo.
  • Establecer metas a partir de nuestras prioridades: el sujeto debe enfocarse en sus deseos, metas o proyectos; y no en superar al otro. “El afán de superación puede servir para dirigir a la persona a lograr sus sueños, pero primero uno debe conocerse bien a sí mismo para distinguir cuáles son sus verdaderos deseos”, destaca Velásquez.
  • No convertirse en “víctima”: cada persona debe asumir su responsabilidad y no culpar a otros por sus errores, problemas o carencia.
  • Ver el lado positivo de las cosas: la vida tiene que vivirse con optimismo, agradecimiento y disfrutando el presente, tratando de ver el lado bueno de las cosas.
Aceptar que tenemos envidia de otros es un primer paso

El primer paso para superar la envidia es aceptar que la sentimos

Finalmente, cuando sientes que la envidia te supera, se recomienda buscar ayuda psicoterapéutica, puesto que si la envidia se convierte en obsesión o dificulta el desempeño cotidiano puede convertirse en un problema de gravedad.

Referencias

  • Chóliz Montañés, M., & Gómez Iñiguez, C. (2002). Emociones sociales: enamoramiento, celos, envidia y empatía. https://www.uv.es/~choliz/emoc...
  • Crusius, J., & Mussweiler, T. (2014). La envidia. Mente y cerebro, (65), 16.
  • Malishev, M. (2017). Envidia. La Colmena, (20), 93-96.
  • Navarro Carrillo, G., Beltrán Morillas, A. M., Valor Segura, I., & Expósito, F. (2016). ¿Qué es la envidia?. Cien. Cogn. (Granada), 10(3), 70-73.
  • Velásquez, D. La envidia, ¿cómo evitar sentirla?. Cuida tu salud emocional. Fecha de consulta: 7/7/2021. https://www.cuidatusaludemocio...

Compararte con los demás es algo recurrente cuando se tienen problemas de envidia

Si deseas iniciar tratamiento de terapia psicológica, estaremos atentos para ayudarte.

También te podría interesar:

Aquí encontrarás otros artículos escritos por nuestro equipo de psicólogos y psiquiatras: