
Síndrome de Estocolmo
El Síndrome de Estocolmo es un trastorno psicológico donde las víctimas de secuestros o abusos desarrollan un vínculo emocional con sus secuestradores o abusadores.
Estocolmo: El vínculo afectivo y sentimental con el secuetrador
Con cierta frecuencia se escucha en medios de comunicación, y otros espacios sociales, hablar sobre el Síndrome de Estocolmo. Descubra en este artículo en qué consiste dicho trastorno y las bases científicas que lo sustentan.
¿Cómo se originó el síndrome de Estocolmo? Conoce su historia
El 23 de agosto de 1973, un hombre llamado Erik Olsson, entra en una sucursal del Banco Crédito de Estocolmo con el objetivo de asaltarlo. El hombre dispara a dos agentes y toma de rehenes a cuatro empleados del banco, entre ellos un hombre y tres mujeres. Luego de intentar negociar por un período de 6 días, la policía, en una impecable hazaña, logra poner fin al asalto, sin daños que lamentar ni pérdidas humanas.
Una de las rehenes, Kristin Enmark, de 23 años, quien había fungido como vocera de los rehenes, mostró paradójicamente una abierta simpatía y confianza hacia su secuestrador, muy a pesar de las reiteradas amenazas de muerte hacia los rehenes durante los 6 días del secuestro, en el que incluso, el victimario llegó a ponerles una soga al cuello. Kristin Enmark, se ofreció a acompañar a Olson en un viaje, si éste accedía a liberar a dos de los rehenes, cosa que las autoridades suecas denegaron.

Imagen de una rehén que demuestra confianza
El psiquiatra Nils Bejerot, quien asesoró a las autoridades policiales durante el evento, acuñó el término "síndrome de Estocolmo" para hacer referencia a la desconcertante respuesta de la rehén. Dicho término fue entonces adoptado por muchos psicólogos y psiquiatras a nivel mundial.
¿Qué es el Síndrome de Estocolmo?
El Síndrome de Estocolmo es definido como un trastorno psicológico en el que una persona víctima de secuestro, desarrolla con su secuestrador un vínculo afectivo y sentimental. En algunos casos, la víctima puede terminar ayudando al secuestrador en el logro de su objetivo o rehuyendo de la justicia; también, el victimario puede manifestar sentimientos positivos hacia el secuestrado.

Imagen mostrando el vínculo emocional con el secuestrador
Diagnóstico del Síndrome de Estocolmo
De acuerdo con Ballús (2002), el Síndrome de Estocolmo en la actualidad no ha sido considerado con criterios diagnósticos válidos. Incluso se cuestiona la denominación “síndrome”. Los manuales internacionales de clasificación de trastornos psicopatológicos, DSM V de la Asociación Americana de Psiquiatría y el CIE 10 de la Organización Mundial de la Salud, no lo incluyen, ya que no existen criterios de unificación para su diagnóstico.
Se cree que la investigación sobre el “Síndrome de Estocolmo” posee ciertos vacíos, debido a la ausencia de fuentes confiables de información, y evaluaciones pertinentes de salud mental. Dicho término es empleado mayormente en los medios de comunicación. Los casos más comunes son en las relaciones de pareja, y no tanto en situaciones de rehenes como se contempla tradicionalmente en una sociedad. A esto se aúna, que la literatura existente sobre éste es escasa. (Cantor, 2007).

Imagen que representa relaciones afectivas con síndrome de Estocolmo
El término Síndrome de Estocolmo es aplicado, generalmente, en situaciones de reacciones colectivas o grupales.
Algunos expertos coinciden que el mismo es parte del denominado "estrés postraumático complejo", ya que incluye la idealización del perpetrador. Otros, lo contemplan como una reacción al estrés agudo, incluido en los "trastornos transitorios desencadenados por sucesos vitales excepcionalmente estresantes" descritos en el Manual CIE- 10.
Causas del Síndrome de Estocolmo
La causa principal que produce el Síndrome de Estocolmo es un evento post traumático. Éste surge usualmente en personas que han sido víctimas de secuestro.

Imagen que representa el impacto postraumático
Se cree que la probabilidad de padecer este síndrome está asociada a la cantidad de tiempo que dure el cautiverio. A mayor tiempo de privación de la libertad, mayor posibilidad de sufrir este trastorno.
En un primer momento, la víctima teme por su vida; luego, a mayor tiempo y contacto con el secuestrador la idea de riesgo tiende a debilitarse, generándose lazos afectivos, que pueden ser interpretados como permanentes en el tiempo.

Imagen que simboliza el vínculo afectivo con el secuestrador
Este síndrome puede desencadenarse como un mecanismo de defensa y de supervivencia, para ganarse la voluntad y confianza del secuestrador en pro de salvar la propia vida.

Imagen mostrando la relación entre secuestrador y víctima
El Síndrome de Estocolmo, pueden padecerlo víctimas y secuestradores, de forma indistinta.
Síntomas del Síndrome de Estocolmo
Entre los síntomas del Síndrome de Estocolmo se distinguen:
- 1La víctima experimenta hacia el secuestrador sentimientos nobles y bondadosos, con tendencia a evolucionar en atracción, solidaridad y comprensión.
- 2La víctima tiende a justificar al secuestrador culpabilizand a otros y mostrando solidaridad con su causa.
- 3La víctima exprimenta la permanencia de sentimientos positivos hacia el secuestrador, aun cuando ya está en libertad.
Tratamiento del Síndrome de Estocolmo
El Síndrome de Estocolmo, en general no requiere un tratamiento específico. Una vez que la persona logra recuperar en el tiempo las rutinas personales y su cotidianidad, los sentimientos buenos hacia el secuestrador tienden a desaparecer.

Imagen representando la desaparición de sentimientos positivos
El proceso de superación del trauma por secuestro, debe ser tratado por un psicólogo o un psiquiatra.
¿Cuáles son las condiciones para sufrir el Síndrome de Estocolmo?
No todos los casos de secuestro generan el Síndrome de Estocolmo. Es por ello, que se considera que deben estar presentes algunas condiciones para que éste pueda desencadenarse:
- 1La retención o privación de la libertad debe darse en contra de la voluntad de la víctima.
- 2El entorno en el que se da el secuestro ha de ser reducido, y el secuestrador ser el único referente. Por lo general, si son un gran número de rehenes es difícil que se desarrolle el síndrome.
- 3La acción del secuestrador debe tener un fundamento ideológico claro, que pueda influenciar significativamente sobre el rehén.
- 4Debe existir un contacto cercano entre el secuestrador y la víctima; y un tiempo considerable de interacción entre éstos, para que pueda la víctima identificarse con su agresor.
- 5No debe haber acciones violentas por parte del secuestrador, ya que de lo contrario, las probabilidades de que se padezca el Síndrome de Estocolmo serían nulas.
Consideraciones finales
Es importante considerar que en el abordaje del Síndrome de Estocolmo, se hace patente la necesidad de avanzar en el desarrollo de investigaciones y estudios empíricos, por medio de instrumentos válidos, orientados a la sistematización de la información y a la unificación de criterios diagnósticos.
- Ballús, C. (2002). A propósito del síndrome de Estocolmo. Medicina Clínica. Recuperado a partir de: https://doi.org/10.1016/s0025-...
- Rizo L., (2018) El Síndrome de Estocolmo: una Revisión Sistemática. Recuperado a partir de: https://www.researchgate.net/p...
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