La técnica de la imaginería
La técnica de la imaginería utiliza la imaginación para recrear situaciones y vivencias, promoviendo la sanación emocional y mental mediante terapias personalizadas.
La imaginación y su aporte terapéutico a la psicología
La imaginación del hombre le permite recrear una gran cantidad de situaciones o hechos (a partir de lo que se vive o de lo que se anhela). Por ello, la psicología ha optado por su incorporación en diversas técnicas psicoterapéuticas, especialmente a través de la imaginería.
¿Qué es la imaginería?
De acuerdo con el Instituto Nacional del Cáncer de los Institutos Nacionales de la Salud de Estados Unidos, la imaginería se concibe como una técnica mediante la cual un sujeto centra su mente en imágenes positivas. De esa forma, se propicia un estado de relajación, se reducen las tensiones y se incentiva una sensación de bienestar.
La imagen crea un ambiente relajante para el paciente, favoreciendo la recuperación
Tamayo Martínez (2014) destaca que la imaginería propone recrear la representación mental de un estímulo, mientras que el mismo no se percibe; pero, esa visualización presenta las características propias del estímulo y otorga una perspectiva de la percepción.
Aunque, “autores más recientes han anotado que también hay representaciones que se generan como producto del funcionamiento mental y que no requieren de una estimulación sensorial previa para su creación” (Tamayo Martínez, 2014). Lo anterior, también, abarca experiencias visuales, auditivas, olfativas o motoras.
Los tipos de imaginería
Como se mencionó anteriormente, la imaginería abarca experiencias de diferentes tipos, según la forma en la que se perciba la información.
Tamayo Martínez (2014) revela que existen distintos aferentes somáticos: visual, auditivo, motor u olfativo. No obstante: “posiblemente todos los sistemas aferentes hacia el sistema nervioso central (SNC) puedan recrear percepciones mentales en imaginería. Para el estudio de estas representaciones, se ha tratado de dividirlas según los canales sensoriales del que provienen”.
El sistema nervioso es clave para procesar las imágenes creadas en la mente
Cada tipo de imaginería involucra diferentes elementos. A continuación se profundizan las características más resaltantes de cada una de ellas.
- Imaginería visual: activa dos tercios de las áreas cerebrales. Abarca “las propiedades del objeto” (como color, forma, tamaño, textura, etc.) y la “ubicación o manipulación espacial”. Ellos se integran, dando así coherencia a la percepción de la imagen, la cual puede variar según el individuo que la recrea.
- Imaginería auditiva: contempla la activación de la percepción, al activar la corteza auditiva primaria cuando se escucha alguna melodía.
- Imaginería motora y táctil: “La imaginería motora está definida como la percepción de una acción motora sin su ejecución” (Tamayo Martínez, 2014). El estímulo puede representarse visualmente y dependerá de la edad o características individuales de cada persona.
- Imaginería olfatoria y gustativa: se perciben los estímulos a través del gusto y del olfato. Aunque no se sabe cómo “se integra toda esta información en el funcionamiento mental cotidiano. El SNC está conformado por complejas interconexiones neuronales en forma de circuitos, cada uno de los cuales tiene funciones específicas” (Tamayo Martínez, 2014).
La corteza auditiva se activa durante el proceso de imaginería, facilitando la percepción de sonidos internos
Imaginería y sus particularidades
Los autores manifiestan que la recreación de imágenes mentales o de la imaginería pueden ser apropiadas en distintas áreas de la psicología clínica: estudios del aprendizaje, actividades cotidianas (actividades físicas o manuales) o intervenciones clínicas (especialmente en casos de estrés postraumático, accidentes cerebrovasculares o frente al dolor crónico) (Tamayo Martínez, 2014).
La imaginería es una técnica que tiene sus fundamentos en la psicología cognoscitiva y en la comprensión funcional y estructural del pensamiento (Rodríguez & Galán, 2007).
Para Rodríguez & Galán (2007) la imaginería posee tres grandes características:
- Se basa en la memoria, experimentada de forma interna, mediante la reconstrucción de eventos externos en la mente. Se retoman experiencias propias vividas anteriormente o nuevos eventos creados mentalmente.
- La imaginería abarca todos los sentidos, por ello se experimentan imágenes, olores, gusto, escucha de sonidos, tocar objetos o experimentar movimientos.
- No requiere de un estímulo, puesto que el mismo se recrea mentalmente
Las vivencias del pasado se recrean en la mente del paciente, favoreciendo su proceso terapéutico
Dado que la imaginería resulta una función básica:
Se debe abordar el concepto de representación, que abarca tanto el proceso mental en sí (la actividad), como el producto resultante (la imagen); lo importante de toda representación es hacer presente algo que está ausente. La imagen resultante tiene como característica preservar en un alto nivel las propiedades estructurales y funcionales del objeto imaginado (Rodríguez & Galán, 2007).
Psicoterapia e imaginería
La idea de aplicar la imaginería en la psicoterapia es que el sujeto experimente y perciba acontecimientos, a pesar de no vivir ese suceso en la realidad. Si bien el paciente puede cerrar los ojos, la imaginería se práctica con el sujeto despierto y consciente de lo que percibe.
La técnica de imaginería se utiliza mientras el paciente está completamente consciente y despierto
Los conceptos más relacionados con el uso de la imaginería incluyen ensayo cognoscitivo y simbólico, ensayo mental, reserva mental, entrenamiento mental, práctica imaginada, ensayo imaginativo, pensamiento corporal, sueños, alucinaciones, ensayo simbólico, práctica implícita, entrenamiento ideomotor, práctica conceptual y práctica de sofá (Rodríguez & Galán, 2007).
De esa manera, el sujeto pensará en lo que desea cambiar o mejorar, por lo que cobrarán importancia los siguientes elementos:
- El hecho de que el paciente sea quien manipula, cambia, modifica o controla las imágenes.
- La claridad en las imágenes que visualiza el paciente permitirán dotarlas de fuerza e imaginación.
- La vivacidad que alcancen las percepciones, visualizaciones o sensaciones harán que las experiencias resulten amenazantes o no.
Las imágenes claras y definidas ayudan a que el paciente se conecte mejor con la técnica de imaginería
Asimismo, desde la imaginería el sujeto podrá vivenciar las experiencias de forma interna o externa, según participe en las visualizaciones.
En la imaginería interna, la representación mental se adapta al individuo y a su posición. “Es como si se tuviera una cámara fotográfica en la cabeza y se lograran ver sólo las imágenes de la destreza a realizar”, enfatizan Rodríguez & Galán (2007).
Finalmente, en la imaginería externa el individuo se constituye como un observador externo de los hechos.
Referencias
- Rodríguez, M. C., & Galán, S. T. (2007). Programa de entrenamiento en imaginería como función cognoscitiva y motivadora para mejorar el rendimiento deportivo en jóvenes patinadores de carreras. Cuadernos de psicología del deporte, 7(1), 5-24.
- Vanega Romero, S., Castillo Ayuso, R., & Dzip Aguilar, J. P. (2013). Intervención grupal en foco mediante imaginería en niños/adolescentes con dificultades en el manejo de la ira. Cuadernos de Educación y Desarrollo, 41.
- Tamayo Martínez, N. (2014). Imaginería mental: neurofisiología e implicaciones en psiquiatría. Revista Colombiana de Psiquiatría, 43(1), 40-46.
¿Te gustaría solicitar la ayuda de un psicólogo o psicóloga?
Si deseas contactarnos para poder guiarte en el proceso del inicio de una terapia psicológica, estaremos atentos.
También te podría interesar:
Aquí encontrarás otros artículos escritos por nuestro equipo de psicólogos y psiquiatras:
Trastorno de Ansiedad
10 de Agosto de 2019
La ansiedad es una respuesta normal ante lo incierto, pero puede complicarse. Conoce los síntomas y cómo sobrellevarla. [...]